"Bachelet instó este viernes a las autoridades bolivianas y a actores políticos y sociales a abstenerse de cualquier acción que pueda socavar el desarrollo pacífico de las elecciones generales", informó la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos en un comunicado publicando en su página web.
La alta comisionada expresó su "profunda preocupación" por el lenguaje incendiario y las amenazas proferidas por algunos actores políticos en las últimas semanas, así como por el creciente número de agresiones físicas registradas.
"Es esencial que todas las partes eviten nuevos actos de violencia que puedan desencadenar enfrentamientos. Nadie quiere que se repitan los acontecimientos del año pasado, que dieron lugar a vastas violaciones y abusos de los derechos humanos —entre los que se cuentan por lo menos 30 muertos y más de 800 heridos— y que, en última instancia, todos pierdan", agregó.
"Saludo la determinación del pueblo boliviano de participar en las elecciones. Todos deberían poder ejercer el derecho al voto en paz, sin intimidaciones ni violencia. Estas elecciones representan una oportunidad para avanzar en los frentes social y económico, y para disminuir la extrema polarización que ha afectado a Bolivia en los últimos años", dijo Bachelet.
Más de siete millones de bolivianos están llamados a las urnas este domingo 18 de octubre para renovar el Gobierno y el Parlamento, en la culminación de un largo proceso con el que se intenta reponer el orden constitucional tras un año de interinato.
El MAS, favorito para la victoria según las encuestas, ha replicado que el posible fraude sería en su contra y acusó al Gobierno de montar un plan de autoatentados para justificar una represión.
Este partido, con Morales como candidato, ganó también las elecciones de 2019, que terminaron anuladas por la crisis que siguió a denuncias de fraude que todavía no han sido confirmadas por la justicia.