Luego del anuncio oficial hecho el 28 de septiembre sobre el cierre del penal federal, que cumplió 27 años de servicio como la segunda mayor cárcel mexicana de alta seguridad, comenzaron los trasladados de los primeros reclusos hacia otras cárceles del país.
Los primeros 25 presos trasladados abandonaron sus dormitorios para revisiones médicas en el área clínica, firmaron documentos judiciales, y fueron registrados con huellas digitales y fotografías, como parte del protocolo de seguridad del traslado, reportó la prensa de Jalisco.
Dos grupos de reos fueron trasladados desde las 06:20 horas locales hasta el medio día (de las 11:20 a las 17:00 GMT) en vehículos militares blindados tipo Rhino.
Unas decenas de familiares acudieron a intentar una despedida, la mayoría mujeres de diferentes edades, que solo pudieron observar el convoy que partía.
Dos grupos de 25 prisioneros fueron trasladados de la misma forma hacia otros centros penitenciarios del país, pero las autoridades mantuvieron en reserva las identidades y los destinos.
Los traslados desde la base militar de Zapopan fueron realizados en dos vuelos de aviones de transporte modelo Hércules custodiado por helicópteros militares modelo Black Hawk.
El fin de una cárcel vulnerada
El acuerdo del cierre del penal fue publicado en el Diario Oficial de la Federación (DOF), firmado por el secretario federal de Seguridad y Protección Ciudadana, Alfonso Durazo.
El cierre de la prisión se basa en el Plan Nacional de Desarrollo señala "la recuperación y dignificación de las cárceles".
Con fecha 28 de septiembre "se desincorpora del Sistema Penitenciario Federal el Centro Federal de Readaptación Social Número 2 Occidente", del Complejo Metropolitano de Puente Grande, a unos 10 kilómetros del centro de Guadalajara, capital de Jalisco, indica el documento.
Las autoridades realizan "acciones tendientes al cierre del Centro Federal" para detenidos que serán trasladadas a los centros federales de readaptación social.
El comisionado federal de Readaptación Social determinará el destino de los reclusos "respetando en todo momento sus derechos humanos".
El destino final de los bienes muebles del centro penitenciario cerrado quedan bajo resguardo.
En 1991, El Chapo fue detenido por primera vez por la Policía Judicial en México, pero logró sobornar al jefe de policía de la capital mexicana.
Dos años después fue capturado en Guatemala y condenado en México a 12 años; y en 1997 recibió otra sentencia de 21 años de cárcel.
En enero de 2001 se fugó de la prisión de Puente Grande oculto en un carro de lavandería, con ayuda de altos funcionarios.
Uno de los principales jefes carceleros huyó con él, para después ser su cómplice en el narcotráfico: Dámaso López, apodado el Licenciado, arrestado en 2017 y extarditado a EEUU.