"El diferimiento de los créditos beneficiará a todos los prestatarios, sin ninguna excepción. Las personas que deseen voluntariamente continuar pagando (sus deudas) podrán hacerlo", dijo en conferencia de prensa el ministro de Economía, Óscar Ortiz.
Hizo la afirmación al presentar el decreto que reglamentó la aplicación de la ley de suspensión de pagos de préstamos, que había puesto a Áñez entre la presión de los empresarios de la banca, que rechazaban tajantemente la norma, y el parlamento opositor que amenazó con promulgarla por su cuenta.
Tras la promulgación de la ley, el Gobierno dijo que consideraba la posibilidad de modificarla parcialmente, vía reglamento, para excluir del beneficio a los ciudadanos que perciben salarios.
El decreto presentado este lunes 31 mantuvo sin cambios el objeto de la ley, que beneficia a todos los deudores, sin excepción, con la suspensión de obligaciones crediticias con los bancos desde mediados de marzo, cuando se inició la cuarentena por la pandemia, hasta el 31 de diciembre.
El ministro Soliz agregó que los bancos deberán reprogramar los créditos con sus clientes a partir de enero, sin cargar multas ni cobrar intereses por el tiempo de suspensión de pagos.