Los mayas son la comunidad que registra más contagios y defunciones a causa de COVID-19. La mayoría se concentra en el estado de Yucatán, donde 733 personas de esta población —equivalente al 21% de los casos positivos en esa entidad— se han contagiado del virus SARS-CoV-2, el cual ha provocado 163 fallecimientos, es decir, 25% de las defunciones asociadas a este patógeno.
Le sigue el Estado de México, donde se contabilizan 273 casos positivos y 69 decesos entre la población indígena mazahua, otomí, náhuatl, tlahuica y matlazinca.
Datos de la Secretaría de Salud (SSA) de México señalan que los contagios de COVID-19 en la población indígena aumentaron hasta seis veces en un periodo de dos meses, tras pasar de 899 casos registrados el 18 de mayo a 5.413 hasta el 27 de julio. Asimismo, el crecimiento en la tasa de mortalidad fue de 387%, tras pasar de 157 a 766 decesos en el mismo periodo.
En cuanto a las edades en que se presentaron las defunciones, el rango de mayor frecuencia se ubica entre los 55 y 69 años, al tiempo que los hombres son el género que registró la mayor tasa de mortalidad. Asimismo, las comorbilidades de mayor prevalencia en este sector poblacional son, de la misma manera en que la población en general en México, hipertensión (39,7%), diabetes (38,8%) y obesidad (24,4%).
La pobreza, el racismo y la desigualdad hacen que grupos vulnerables, en particular los pueblos indígenas, tengan menos posibilidades de sobrevivir si se enferman de COVID-19, advirtió el 6 de agosto la Organización Mundial de la Salud (OMS).
"Todavía no se sabe si tu etnia o genética te hace más susceptible al COVID-19. Lo que no está en duda es que si por tu etnia, si porque eres indígena, si porque vives en la pobreza, si has vivido durante años sin un buen acceso a los servicios de salud, si tienes enfermedades previas como diabetes e hipertensión derivadas del estilo de vida causado por la pobreza, el resultado es mucho peor y el acceso a los servicios sanitarios es mucho más lento, más tarde y con menos nivel de sofisticación", expuso el director de emergencias de la OMS, Michael Ryan.