La iniciativa provocó la molestia del sector empresarial local, el cual expresó su preocupación en un comunicado por una posible afectación a los pequeños comercios. De igual modo, señalaron que las sanciones por infringir esta norma podrían ser aprobadas "sin una argumentación sólida y desatendiendo las peticiones de audiencia del sector privado".
Sin embargo, la diputada local por el partido Movimiento Regeneración Nacional (Morena), Magaly López Domínguez, quien presentó la iniciativa, dijo que este argumento busca desinformar a la sociedad sobre un asunto delicado.
La legisladora oaxaqueña también citó diversos estudios científicos que muestran la incidencia de mortalidad provocada por el consumo de bebidas azucaradas entre los adultos menores de 45 años. Del mismo modo, comentó que al menos 70 asociaciones civiles han manifestado su apoyo a la propuesta.
Magaly López ha sido criticada por presentar su propuesta tras los señalamientos del secretario de Prevención y Promoción de la Salud del Gobierno federal, Hugo López-Gatell, quien comentó recientemente que las bebidas azucaradas son "veneno embotellado".
El funcionario de la administración de Andrés Manuel López Obrador también se pronunció sobre la iniciativa promovida en Oaxaca, sobre la cual consideró existen "presiones" que, entre otras cosas, tratan de "confundir la visión" de los legisladores para frenar su discusión de esta propuesta.
"Hay que procurar las condiciones para que haya una buena alimentación y uno de los elementos cruciales es que, en la oferta alimentaria mexicana, a lo largo de los últimos años ha proliferado la oferta de productos ultra procesados con altas calorías. […] Es imperativo cambiar el modelo de alimentación de las naciones a partir de cambiar lo que se ofrece, no solo en términos materiales, sino el acceso a los productos naturales", consideró.
Pese a este respaldo, López Domínguez expresó que no será fácil que esta iniciativa logre modificar por sí sola los hábitos de consumo de los mexicanos, pero confió en que podría ser el primer paso para lograr ese objetivo.
Un estudio realizado entre el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) y la Universidad Tufts de Massachusetts, Estados Unidos, reveló que 40.842 fallecimientos que ocurren cada año en México se asocian al consumo de refrescos. De ellos, 37.000 se deben a enfermedades cardiometabólicas como la diabetes, enfermedades cardiovasculares y cáncer asociado a obesidad.
"Podríamos prevenir un gran número de muertes disminuyendo el consumo de bebidas azucaradas. El segundo hallazgo importante es que, si nosotros ponderamos que estos productos están asociados con el 7% de la mortalidad general, tendríamos que llegar a la conclusión de que las bebidas azucaradas podrían ser la principal causa del tsunami cardiometabólico que vivimos en México", explicó Tonatiuh Barrientos, uno de los autores del estudio, durante un foro virtual organizado por la Alianza por la Salud Alimentaria.