Argentina vive una cuarentena completa desde hace casi cuatro meses, mientras que en Uruguay nunca hubo un aislamiento obligatorio, si no que el Gobierno apeló a la conciencia pública para cumplir con la distancia social y las medidas de higiene para evitar contagios.
Jonás Bergstein, abogado socio del estudio jurídico uruguayo Bergstein, especialista en temas tributarios, contó a Sputnik que en enero pasado empezaron a recibir más consultas de argentinos, principalmente, pero también de otros extranjeros interesados en residir en Uruguay por diversos factores.
"La asunción del nuevo Gobierno en Argentina confirmó las preocupaciones de ciertas personas. Una de las medidas sancionadas en diciembre (por Fernández) fue la de aumentar el impuesto a los bienes personales", indicó.
El abogado confió que los argentinos le transmiten "cierta preocupación por lo que puede ser su futuro".
"El hecho de tener que estar en cuarentena un tiempo prolongado también debe tener un impacto. Y la comparación (con Uruguay): ven que tenemos un nivel de libertad un poco mejor que en otros países", señaló.
Vacación fiscal
Otro factor que parece incidir en la decisión de muchos argentinos es el anuncio que hizo poco antes de asumir el presidente uruguayo Luis Lacalle Pou de que su país tenía "la posibilidad de convertirse en un lugar de llegada" de extranjeros.
Bergstein dijo a Sputnik que en el pasado verano austral su estudio tuvo mucha actividad relacionada con solicitudes de residencia tributaria, y señaló que lo mismo ocurrió con "otros colegas".
En Uruguay, la ley 18.910 de 2012 establece las condiciones para obtener residencia fiscal, y estas fueron efectivamente flexibilizadas en un decreto del Gobierno de Lacalle Pou del 11 de junio pasado. Entre otras cosas, el tiempo mínimo requerido de haber vivido en el país se redujo de 184 a 60 días, mientras que el requisito de inversión empresarial básica bajó de 5 millones de dólares a 1,6 millones y la generación de al menos 15 puestos de trabajo.
Asimismo, ya no se pide una inversión inmobiliaria en Uruguay de por lo menos 1,7 millones de dólares, sino de al menos 380.000 dólares.
Además, el Gobierno envió un proyecto de ley para ampliar de seis a 11 años la exoneración de carga impositiva sobre intereses y dividendos obtenidos en el exterior, lo que se conoce como "tax holliday" (vacación fiscal). La administración de Lacalle Pou arguye que esto estimulará la inversión y por tanto el empleo, pero el proyecto ya ha recibido críticas del opositor Frente Amplio (centroizquierda).
Uruguay ya
En el estudio Bergstein consultan más personas físicas que compañías, pero también han notado un incremento creciente de interés de las empresas.
"La gente hoy te dice: 'Quiero ir a Uruguay ya'. Pero no por residencia fiscal solamente. Te lo plantean como: 'Quiero irme a vivir a Uruguay, ¿pero cómo hago?'", debido a que las fronteras están cerradas por el COVID-19, contó el abogado.
Por su parte, fuentes del estudio jurídico Guyer & Regules, especializado en temas tributarios, informaron a esta agencia que han constatado un aumento significativo de las consultas respecto a la residencia fiscal "en comparación con otros periodos anteriores, previo a la nueva normativa".
"Recibimos consultas de personas interesadas en instalarse en Uruguay de diversas nacionalidades, si bien es cierto que la nueva normativa ha generado interés particularmente de residentes argentinos", señalaron.
Punta del Este
El balneario uruguayo de Punta del Este es uno de los lugares más elegidos por los argentinos para vacacionar, pero en el último tiempo también para vivir.
Varios se quedaron cuando llegó el nuevo coronavirus a Uruguay, el 13 de marzo, y "muchos ya están pensando y optando en vivir acá", afirmó.
Entre ellos se destaca la conductora televisiva argentina Susana Giménez, quien a fines de mayo decidió viajar desde Buenos Aires a su casa en Punta del Este "harta" de la cuarentena en su país, usando un certificado de residencia en trámite.