Entre las principales medidas adoptadas por Cuba, está la preservación de la salud de la población, el desarrollo de cultivos de ciclos cortos, el enfrentamiento a la sequía, y la prevención ante la temporada ciclónica que se avecina en el Caribe, subrayó Rebeca Cutié, consejera de la isla ante los organismos internacionales con sede en Roma, Italia.
A su vez, la isla implementa el Programa País "Apoyo estratégico a la seguridad alimentaria sostenible en Cuba" (SAS), dirigido por el ministerio cubano de la Agricultura con acompañamiento de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Unión Europea, que contribuye con un financiamiento de tres millones de euros.
El programa SAS se desarrollará hasta el año 2025 en seis municipios de las provincias Sancti Spíritus y Villa Clara (centro) con un monto total de 19.950.000 euros, y su aplicación incluye la puesta en práctica de proyectos destinados a la seguridad alimentaria y nutricional en Cuba, y a las políticas públicas en materia agroalimentaria.
También Cuba trabaja en fortalecer el autoabastecimiento local para una alimentación sostenible y sana, en conjunto con el PNUD (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo), y el Sistema Integrado de Gestión del Conocimiento para la seguridad alimentaria en el país, que se ejecuta en conjunto con la FAO.
A su vez, impacta negativamente el trabajo interno en el aprovechamiento de las tierras cultivables, un criticado sistema de acopio en el sector agrícola, y constantes desabastecimientos de productos de primera necesidad a los mercados de la red de comercio en la isla.