El brutal crimen de toda una familia por parte de un agente policial sacude a Paraguay y particularmente al barrio San Miguel de la localidad de Capiatá, una ciudad de más de 200.000 habitantes ubicada a 20 kilómetros de la capital Asunción.
El crimen se produjo en la madrugada del 3 de julio, cuando un agente de la Policía paraguaya identificado como Isidro Casco Salinas irrumpió en la vivienda en la que vivían sus hijos de 1 y 2 años junto a sus exsuegros y su excuñada.
Mientras cometía el múltiple crimen, el hombre transmitía su ataque en vivo a través de su teléfono móvil. De acuerdo a los testigos, se trataba de una videollamada a la madre del policía, que se encuentra trabajando en España junto a su exnuera, madre de los niños.
Una prima de la mujer, que se encontraba en la casa y sobrevivió al crimen, dijo a medios paraguayos que el hombre entró pateando la puerta y parecía haber consumido drogas. Luego de cometer el crimen, el agente se quitó la vida.
La expareja del policía, radicada en España desde hace ocho meses, dijo al diario ABC que el hombre "alucinaba".