Argentina superó los 100 días de cuarentena y el presidente, Alberto Fernández, determinó una nueva extensión del aislamiento obligatorio hasta el 17 de julio, con un regreso a fase 1 en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), donde se detectan la gran mayoría de los nuevos casos y donde se reduce cada vez más la disponibilidad de camas de terapia intensiva.
"Estamos transitando el momento en el que tenemos el mayor crecimiento de casos. No sabemos si estamos llegando al pico, pero sería bueno porque tenemos un promedio de 2.500, de confirmados nuevos por día, con un promedio de 2% de letalidad, 1% en los barrios vulnerables debido a la mayor proporción de jóvenes", dijo a Sputnik Ricardo Teijeiro, médico integrante de la Sociedad Argentina de Infectología.
"El aislamiento favorece la disminución de todas las enfermedades respiratorias. Casi no tenemos impacto de lo que es gripe e influenza, casi no tenemos virus sincicial respiratorio en circulación y hemos bajado a un tercio lo que es neumonía bacteriana, comparativamente con otros años", destacó el infectólogo.
Argentina sigue registrando números bajos en comparación a otros países de la región, como Brasil y Chile, pero mucho más altos que Uruguay y Paraguay, con el foco epidémico concentrado en la ciudad de Buenos Aires y los 40 municipios que conforman el conurbano, donde viven 15 millones de personas, una tercera parte del país.
"Hay un promedio de entre 200 y 300 casos nuevos por día en el municipio, fallecidos hemos tenido alrededor de 60. La situación en este marco se empieza a complicar, cada día que pasa, lo mismo que notás en el AMBA en general, pasa en mayor proporción en La Matanza", dijo a Sputnik Miguel Saredi, concejal y miembro del comité sanitario de emergencia de este municipio.
"Un problema de desigualdad tremendo"
La Matanza es el segundo distrito más poblado del país después de la capital nacional, además de ser el más extenso de la provincia de Buenos Aires. Allí viven 2 millones de habitantes, pero hay alrededor de 40 camas de terapia intensiva, un promedio muy inferior al que tiene la ciudad de Buenos Aires, y que ya tienen un 70% de ocupación.
"Vamos a tener más limitantes por la falta de personal de la salud que de camas, que históricamente ha sido muy complicado en La Matanza y ahora se acentúa. Tenemos una población no tan inferior a la ciudad de Buenos Aires, pero recursos sanitarios entre 30 y 50 % menores. Tenemos un problema de desigualdad tremendo. Lo que esperamos es que, en caso de una urgencia, los recursos de otras distritos o provincias se faciliten", enfatizó Saredi.
En el conjunto del conurbano, que tiene 12 millones de habitantes, hay 3.757 camas de terapia intensiva y la ocupación es del 54% (57% del sistema estatal y 54% del privado). De las 1.961 que están ocupadas, 440 son por casos confirmados y sospechosos de COVID-19.
En el resto del país, las provincias donde hay mayor ocupación de camas de terapia intensiva son Santa Fe (centro), con 64%; Salta (noroeste), con 62%; Corrientes (noreste), con 61%; y Tucumán (noroeste), con 59%. Desde el inicio de la pandemia, se aumentó la capacidad de las camas con respiradores en un 35%, principalmente en el sistema sanitario público.
"Las camas de terapia intensiva están al 50, 55% de ocupación, por COVID-19 pero también por las otras patologías. Hasta ahora, se ha podido llevar adelante sin ningún problema. Una vez que pasemos el pico vamos a saber que pasó, no es retrospectivo", advirtió Teijeiro.
Argentina registró a la fecha más de 67.000 contagios y más de 1.300 muertes por coronavirus desde el inicio de la pandemia.