En un comunicado, la Fiscalía informó que se manifestó a favor de que "se archive de forma provisional la segunda investigación que investiga la posible participación de terceros en el atentado cometido (…) el 6 de septiembre de 2018".
En la manifestación, enviada a la Justicia Federal de Juiz de Fora (Minas Gerais, sureste), donde ocurrieron los hechos, la Fiscalía concluye que el agresor, Adélio Bispo de Oliveira, "concibió, planeó y ejecutó sólo el atentado".
Esta es la segunda investigación que concluye que el agresor actuó por su cuenta; la primera se inició y terminó en septiembre de 2018 y llegó a la misma conclusión, aunque resaltó que el agresor intentó matar a Bolsonaro por motivaciones políticas.
El agresor, con graves problemas mentales, fue acusado de un delito de atentado personal "por inconformismo político", un crimen previsto en la Ley de Seguridad Nacional, y ahora está preso por tiempo indeterminado en un centro psiquiátrico.
En su decisión de este jueves, la Fiscalía resalta que Bispo de Oliveira ya vivía en Juiz de Fora cuando el acto de campaña de Bolsonaro fue programado, por lo que no se trasladó a la ciudad con intención de atacarle.
También se destaca que no tenía relación con nadie en Juiz de Fora, que no estableció contactos que pudieran haber ejercido influencia sobre el atentado y que no efectuó o recibió llamadas telefónicas o mensajes electrónicos con un posible interesado en el crimen.
La investigación también deja claro que en las cuentas bancarias del agresor y de sus familiares investigados no hubo ningún movimiento financiero sospechoso o con valores de origen desconocido, "por lo que no hay respaldo a la hipótesis de que el delito pudiese haber sido practicado mediante pago".
La Fiscalía resalta que hay una "línea de investigación pendiente"; identificar el origen de los honorarios pagados a los abogados del agresor, ya que la defensa no fue contratada por el propio acusado ni por sus familiares.
Desde el principio, el presidente Bolsonaro y su entorno hace insinuaciones sobre los supuestos mandantes del atentado, divulgando incluso noticias falsas para vincularlas a grupos y partidos políticos de izquierda.
Sin embargo, cuando en mayo del año pasado la Justicia declaró que Bispo de Oliveira no podía ser imputado porque sufría un transtorno mental que le impedía ser consciente de sus actos, la defensa de Bolsonaro acató la decisión y no presentó ningún recurso.