"Las operaciones aéreas se han restablecido, aunque con carácter reducido, en siete de las nueve capitales de departamento, cumpliendo las más estrictas normas internacionales de bioseguridad", dijo a reporteros Martín Gutiérrez, el jefe del aeropuerto de El Alto, que sirve a La Paz.
Agregó que el 3 de junio partieron de esa terminal seis vuelos comerciales y que llegaron otros tantos.
La reanudación de las operaciones aéreas se sumó a la progresiva normalización de actividades en la mayor parte del territorio boliviano, en el marco de lo que el Gobierno transitorio de Jeanine Áñez ha definido como "cuarentena dinámica" que permite parcialmente actividades industriales, comerciales y de servicios.
Las conexiones aéreas no incluían a los departamentos tropicales de Santa Cruz (este) y Beni (noreste), focos de la pandemia, en los cuales se concentraba hasta el 2 de junio el 85% de los casi 11.000 casos de COVID-19 detectados en todo el país.
"Aquí no se reanudan los vuelos, solo (hay) vuelos de emergencia y los humanitarios", dijo el secretario general de la gobernación de Santa Cruz, Vladimir Peña, al diario El Deber.
En los aeropuertos habilitados solo estaba permitido el ingreso de pasajeros con boletos o pases de bordo en la mano y a través de túneles de desinfección con rociado de alcohol y control de temperatura.
22 de mayo 2020, 18:10 GMT
Los pasajeros debían portar además certificados de sus municipios de que no eran portadores del nuevo coronavirus y firmar una declaración jurada de que estaban sanos, asumiendo anticipadamente eventuales responsabilidades penales en caso de contagio.
Los vuelos son las únicas conexiones internas de larga distancia que ahora funcionan en Bolivia, porque el confinamiento vigente hasta el 30 de junio prohíbe los viajes terrestres.
