En las últimas semanas, con el recrudecimiento de la pandemia, muchos de esos médicos están alzando la voz pidiendo trabajar mientras el Gobierno mira hacia otro lado: Amed León Benavides residente en el estado de Santa Catarina (sur) es uno de ellos.
"En una medida provisional el Gobierno convocó incluso a veterinarios para trabajar en la pandemia del coronavirus, cuando muchos médicos cubanos tenemos ese deseo y nos están ignorando", lamenta en declaraciones a Sputnik.
Desde que Cuba y Brasil rompieron el acuerdo que facilitaba que Amed y cientos de sus compatriotas trabajaran en este país suramericano, su vida ha sido un suplicio.
Al contrario que otros colegas, decidió quedarse, pero reconoce que ha pasado "mucha necesidad", ya que a pesar de residir legalmente no puede ejercer su profesión.
🇨🇺👩⚕️👨⚕️ Un "ejército cubano de batas blancas" recorre el mundo
— Sputnik Mundo (@SputnikMundo) April 1, 2020
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"Estuve seis meses sin empleo (…) Mi suegra es enfermera y está en Haití, y desde ahí nos manda un dinerito... con eso y con un dinero que conseguí guardar fuimos tirando", comenta sobre él y su esposa, fisioterapeuta.
Desesperación
Este doctor cubano confiesa que se desespera cada vez que escucha en televisión que los hospitales de campaña no pueden inaugurarse a tiempo por falta de profesionales, y es que hay muchos compañeros que están dispuestos a ponerse manos a la obra, cerca de 2.000 en todo Brasil.
Aun así, las plazas ofertadas no se cubrieron y las trabas burocráticas se acumulan, ya que para poder trabajar, el título debe ser validado previamente por el ministerio de Educación, lo que no ocurre de forma rápida.
Ante los numerosos obstáculos, algunos gobernadores decidieron tomar la delantera: el gobierno de Pará (norte) contrató a 86 médicos cubanos, y el ayuntamiento de Campinas (estado de Sao Paulo, sureste) a ocho.
"Está todo abierto, la gente anda como si nada, no tiene conciencia de lo que está pasando", critica, y añade que Bolsonaro tiene parte de culpa, al minimizar la situación diciendo que el virus es apenas una "gripecita".
Brasil es el país de Latinoamérica más afectado por el coronavirus, con casi 30.000 muertos y más de 500.000 casos confirmados de la enfermedad.