Mujica contempló el estado contemporáneo del fútbol en Uruguay y reconoció que los sueldos de algunos futbolistas ofenden por lo elevados que son, especialmente en comparación con los sueldos de la gente común.
Remarcó que un punto débil del fútbol contemporáneo uruguayo es la falta de fuerza económica "para sostener el profesionalismo contemporáneo".
Señaló el enfoque científico que se aplica en el fútbol moderno a nivel mundial y lamentó la diferencia de preparación que existe con otros países..
El exmandatario confesó que es hincha de un equipo local, Cerro. "Estoy acostumbrado a perder, pero soy hincha por localismo", reveló.
Según su opinión, una de las emociones más grandes que tuvo la historia de fútbol uruguayo es Maracanazo, la victoria de la selección de fútbol de Uruguay en el partido decisivo de la Copa Mundial de Fútbol de 1950 frente a la selección de fútbol de Brasil.
"Lo viví con el dedo apretando a una lámpara para poder escuchar una vieja radio Edison. Nunca vi una fiesta popular tan grande. Me quedó grabado para siempre", recordó.
Al consultarle por ese 'antiguo fútbol', el expresidente optó por distinguir las diferencias económicas que halla con el actual. Según explicó, en el Mundial del 50 "todos los jugadores andaban medio peleados" y el pase a Schiaffino, uno de los mejores del momento, costó 300.000 dólares, mientras que ahora "todo es negocio".
Según el exmandatario, el fútbol contemporáneo se ha transformado en un negocio.
"Un negocio que en parte tiene arte, magia. Pero claro, las sociedades modernas y actuales se caracterizan en transformar en negocio hasta los suspiros. Todo es negocio. El fútbol, también. Puertas atrás tiene cosas dolorosas", concluyó.