"Por lo pronto, lo más importante es que se abra la frontera con Nicaragua, y entonces veremos cómo reaccionan empresarios, transportistas y gobiernos de Centroamérica a un plan piloto que implementaremos", afirmó la ministra de Comercio Exterior de Costa Rica, Dyalá Jiménez, en declaraciones al portal CRHoy.
El Gobierno del presidente Carlos Alvarado impuso la semana pasada restricciones a la circulación de transporte de carga ante la emergencia regional por el COVID-19, y aunque ya logró un acuerdo con Panamá, las autoridades de Guatemala, Nicaragua y Honduras replicaron con el cierre de sus fronteras a las mercancías provenientes de Costa Rica.
Las autoridades costarricenses defienden las medidas sanitarias debido al incremento en la cantidad de casos de transportistas con el coronavirus SARS-CoV-2 y el riesgo de contagio que entraña su paso por el país.
La Asociación de Transportistas de Nicaragua anunció un bloqueo para impedir el ingreso de vehículos de carga desde Costa Rica, como medida de presión para que los gobiernos busquen soluciones para el transporte en Centroamérica.
"No podemos estar sometidos como transportistas a un Gobierno como el de Costa Rica, que dice ser democrático y pacífico, y está agrediéndonos al pretender quitarnos las unidades de transporte con mercancías ajenas", declaró Marvin Altamirano, presidente de la Asociación de Transportistas de Nicaragua.
El Instituto Nacional de Migración de Honduras ordenó el cierre de fronteras al paso de camiones con productos costarricenses, y si alguno ingresara al país, tendrá 72 horas para irse.
El Ministerio de Hacienda de Costa Rica informó que el 27 de mayo quedó abierto el tránsito de mercancías terrestres desde y hacia Panamá, para terminar con una semana de tensiones y contradicciones entre ambas partes.