"Eso no tenía por qué haber ocurrido (…) Esta situación demuestra la importancia de que los países puedan prever estos problemas o los solucionen rápidamente, a fin de evitar sufrimientos innecesarios", dijo Bachelet sobre las penurias de bolivianos que en los últimos días tuvieron que dormir a la intemperie en el altiplano.
El Gobierno boliviano, que decretó cuarentena y confinamiento ante la pandemia, restringió severamente el ingreso de connacionales por tierra, desde el norte chileno, pero autorizó la llegada de otros por vía área tanto desde Santiago como desde Lima, Perú, además de permitir la salida unos 2.000 extranjeros.
Oleadas de migrantes
A fines de marzo, La Paz dio paso al ingreso por tierra de 350 bolivianos desde Chile, y a principios de abril de otros 480 que, tras protagonizar protestas en la fría frontera altiplánica, lograron ser admitidos para pasar a cuarentena en un campamento militar.
Pero casi un millar de otros bolivianos se congregaron en la frontera con Chile en la última semana, algunos de los cuales incluso chocaron con los militares de su país que les cerraron el paso, antes de ser enviados de vuelta al puerto de Iquique, donde iniciaron el pasado fin de semana una cuarentena de dos semanas.
Y un nuevo grupo de al menos 400 bolivianos estaba congregado desde el pasado en otra ciudad del norte chileno, Antofagasta, impedido de continuar viaje hasta la frontera, según reportaron medios de La Paz.
"En virtud del derecho internacional, toda persona tiene derecho a regresar a su país de origen, incluso durante una pandemia", afirmó Bachelet, llamando a Bolivia, Chile y a los demás países de la región a garantizar el retorno "seguro, digno y voluntario de sus ciudadanos".
La alta comisionada advirtió que quienes sufren dificultades de repatriación "son los migrantes más pobres que tratar de volver a casa a través de las fronteras terrestres tras haber sido privados de sus ingresos a causa de las medidas de confinamiento".
"Cuando los migrantes desean regresar voluntariamente a sus hogares, los gobiernos tienen la obligación de recibirlos y de velar por que tengan acceso a la atención sanitaria y a otros derechos", sostuvo Bachelet.
Añadió que "si los gobiernos no lo hacen, colocan a los migrantes en situaciones de extrema vulnerabilidad, en particular durante la actual pandemia del COVID-19".
El 14 de abril, el Gobierno boliviano decidió prolongar al menos hasta el 30 de abril la cuarentena y el aislamiento domiciliario forzoso decretados para enfrentar la pandemia del COVID-19.
La expansión de la pandemia en Bolivia se aceleró a un ritmo de más del 10% diario en la última semana, para acumular 441 contagios y 29 muertes hasta el 15 de abril.