"Entendemos que ese es el interés de los propios brasileños; la mayoría pide volver pronto, nadie quiere estar preso esperando un proceso cuyo resultado muchas veces ya se anticipa que no será positivo", djo Forster durante una comparecencia en el Senado, según recoge esta casa legislativa en su página web.
El futuro embajador remarcó que el consulado de Brasil en EEUU está listo para "prestar todo el auxilio posible", y añadió que a pesar de estos problemas la imagen de la comunidad brasileña que reside en EEUU sigue siendo excelente.
Forster fue aprobado por la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado y ahora falta que el plenario del Senado dé el visto bueno; después sólo faltará la aprobación del Gobierno de EEUU (un trámite diplomático) para que pueda ocupar su puesto como embajador.
El pasado 7 de febrero, EEUU deportó a cerca de 130 brasileños en un vuelo fletado que partió de Texas y llegó al estado de Minas Gerais (sureste de Brasil).
El año pasado un vuelo con casi 70 pasajeros fue el primero, y el mes pasado, hubo otro con casi 50 personas (algunas de las cuales aseguraron haber viajado esposadas).
Desde 2006, el Gobierno brasileño no aceptada deportaciones en masa a través de vuelos fletados, y en esa época se determinó que los inmigrantes detenidos en EEUU debían ser tratados caso a caso, para que pudieran apurar al máximo sus opciones ante la Justicia.
Ese entendimiento cambió con la alianza entre el Gobierno de Trump y el presidente Jair Bolsonaro, que hasta el momento evitó pronunciarse sobre esta nueva ola de deportaciones.
Según datos oficiales de EEUU recogidos por la prensa local brasileña, entre octubre de 2018 y septiembre de 2019 EEUU detuvo a 17.900 brasileños por entrar de forma ilegal en el país, frente a los 1.500 del mismo periodo del año anterior.