"Tras varios años hemos visto tantas propuestas del Ministerio y aún no hay ningún avance ni ningún documento concreto que diga que la comunidad ya tiene un expediente técnico o un presupuesto para la ejecución de la obra. El anuncio (del Ministerio) no significa nada para nosotros", comentó para Sputnik una de las dirigentes de la comunidad indígena, Karina Pacaya.
Cantagallo es un barrio ubicado en una zona marginal de la capital peruana, a donde llegaron en el año 2000 cerca de 200 familias de la etnia shipibo-conibo, procedentes del departamento de Ucayali (oeste)
En noviembre 2016, un incendio destruyó el barrio en el que residían, construido sobre un terreno de 17.000 metros cuadrados y compuesto de casas precarias, hechas de madera.
Desde entonces, las 238 familias que actualmente componen la comunidad se diseminaron por diferentes distritos de la capital, reclamando al Gobierno que se les otorgue viviendas en el mismo terreno que alguna vez ocuparon.
El MVC ha anunciado que el proyecto habitacional está a cargo del Programa Mejoramiento Integral de Barrios, y consiste de viviendas de dos pisos para igual número de familias, además de espacios públicos, una escuela bilingüe, losa deportiva, centro comunal y parques, entre otras prestaciones.
Sin embargo, la dirigente shipibo-conibo indica que la comunidad "viene luchando por años y han pasado muchas autoridades sin que se haga nada por falta de voluntad política".
Por ese motivo, en septiembre del año pasado y "cansados de esperar" decidieron retornar al terreno de Cantagallo, levantar casas de madera y retomar la vida en comunidad a pesar de que el terreno necesita un proceso de remediación al haber sido originalmente un relleno municipal para el desmonte de construcciones.
"Ellos (el MVC) desde el 2016 tenían conocimiento del estado del terreno y la necesidad de remediación, y se han dedicado a cambiar los parámetros cada año. Nosotros necesitamos resultados urgentes y concretos", protestó Pacaya.
Se estima que en el incendio destruyó casi 500 viviendas y afectó a unas 2.000 personas.