"La razón por la que nos organizamos es porque vimos que los empleados no estábamos teniendo ninguna voz dentro de la empresa, y lo que gatilló nuestra organización fue cuando despidieron (al dirigente) Carlos Navarrete", explicó la sindicalista.
Sin embargo, el administrador de la cuenta de Instagram del grupo, Carlos Navarrete, fue despedido por la empresa, lo que enfureció a los demás empleados, quienes se motivaron a inscribir la organización sindical de manera oficial.
"Cuando nos enteramos del despido nos organizamos, y con ayuda del sindicato de (la cadena de café) Starbucks, pudimos constituir el nuestro", dijo Bustamante.
"Formar este sindicato era fundamental, ya que McDonald's en Chile históricamente ha despedido a los empleados cuando intentan organizarse, y aunque esta vez todos pensaron que no podríamos, que esto era un chiste, lo logramos y es histórico", afirmó.
Bustamante explicó que a través de esta organización podrán hacer negociaciones colectivas con la compañía, y aseguró que buscarán mejores condiciones laborales para los trabajadores.
La dirigente afirmó que aunque no conocen cuál es la postura de la empresa ante la histórica conformación del sindicato, creen que entre los directivos existe temor ante la medida de agremiarse.
"Nosotros creemos que ellos tienen miedo, los jefes, y por eso siempre han echado gente y han reprimido, pero entre nuestros compañeros hay muchas ganas de organizarnos, sobre todo la juventud que se manifiesta en las calles y la que quiere participar, y entre los empleados de McDonald's la noticia ha sido muy bien recibida", contó Bustamante.
Estallido social
La dirigente señaló que las múltiples manifestaciones ciudadanas del estallido social que Chile vive desde octubre fueron un gran impulso para comenzar este proyecto.
"Antes del estallido era muy poca gente la que creía, la que tenía la confianza, pero con todo lo que hemos visto ahora, con todo el valor que se le ha dado a la organización ciudadana, era imperativo tener voz en esta empresa", afirmó.
Asimismo, añadió que se dieron cuenta "de la importancia de las organizaciones civiles, y que estas puedan tener influencia para hacer todos los espacios más democráticos".
Hace 62 días que Chile atraviesa una crisis social con múltiples manifestaciones ciudadanas, que comenzó como un movimiento estudiantil para impedir el alza en el precio del Metro de Santiago, y que rápidamente se transformó en un estallido transversal de la población para pedir cambios en el modelo neoliberal, disminución de la desigualdad y reformas políticas profundas, como por ejemplo, una nueva Constitución.
Un total de 26 personas murieron durante las movilizaciones, al menos cuatro de ellas a manos de agentes policiales.
Además, al menos 345 han tenido que ser atendidas por traumas oculares.
Según la oficina de la Alta Comisionada para los Derechos Humanos, las fuerzas de seguridad del Gobierno chileno utilizaron "fuerza letal con armas de fuego" en dos situaciones en las que su uso no era inevitable para proteger la vida.