"La FUNAI lamenta la muerte del indígena Dorivan Soares Guajajara, residente de la Tierra Indígena Arariboia, más conocido como "Cabeludo" (…) según la policía, el caso ocurrió en la Villa Industrial del municipio de Amarante, y están descartadas todas las motivaciones de crimen de odio, disputa por madera o por tierras", indicó la fundación estatal en un comunicado.
Según la Policía Militar, el indígena era usuario de drogas y estaba involucrado con el tráfico de estupefacientes en la región, lo que podría haber motivado el crimen.
La coordinadora de la Articulación de los Pueblos Indígenas de Brasil, la activista Sonia Guajajara, expresó su indignación por el asesinato, a través de sus redes sociales: "Son muchas falacias, muchas versiones, acusaciones, no interesa (si el indígena era usuario de drogas o no), nadie tiene el derecho a quitarle la vida a nadie".
Responsabilizando al Gobierno de Jair Bolsonaro de la creciente violencia contra las poblaciones nativas.
En las últimas semanas otros tres indígenas fueron asesinados en la misma región, aunque en esos casos había características de emboscada.
La principal línea de investigación es que las muertes fueron provocadas por la disputa territorial con los madereros que se adentran en la tierra indígena de forma ilegal.