"Sin duda el protagonismo de jóvenes, niñas y niños de escuelas secundarias, este año en la lucha por los derechos ha sido clave para entender los próximos años, es una señal de lo que va a pasar", dijo a Sputnik la directora adjunta de Amnistía Internacional para las Américas, Fernanda Doz Costa.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) decidió este año enmarcar la celebración del Día Internacional de los Derechos Humanos que se observa cada 10 de diciembre en el "liderazgo de la juventud en los movimientos colectivos como fuente de inspiración para un futuro mejor".
"En estas movilizaciones sociales de lucha de los pueblos indígenas, los campesinos, los trabajadores, surgió un nuevo actor con mucho vigor y mucha fuerza: los sectores juveniles, no solamente universitarios, sino grupos juveniles, agrupados en grupos culturales, en diversas manifestaciones de organización que tienen y juegan un rol protagónico en estas luchas", dijo a Sputnik el director y fundador de la Asociación Pro Derechos Humanos de Perú (Aprodeh), Francisco Soberón.
Esto, según Soberón, sucedió en las manifestaciones en Chile y Ecuador.
En Perú, por ejemplo, los jóvenes estuvieron en la primera línea en las movilizaciones enmarcadas en la lucha contra la impunidad de la corrupción.
"Las acciones de movilización de los jóvenes no se producen solamente por la afectación de los derechos económicos y sociales clásicos como educación, salud, vivienda, sino también por las demandas ambientales, la crisis climática que se vive en el mundo y que hoy se convierte en su bandera", dijo Soberón.
Doz Costa apuntó que los jóvenes están desencantados de la política tal como se la conoce hasta ahora y esta es una de las causas que los impulsó a las calles.
Doz Costa señala que los estados tienen que adaptarse y diseñar nuevas herramientas para contener este deseo de participación de los jóvenes y "diseñar políticas públicas para contener estas demandas de derechos humanos que están protagonizando, que en muchos casos tienen que ver con igualdad".
La directora de Amnistía estimó que el acceso a derechos y la participación en las sociedades democráticas "van a ser los dos grandes temas que atraviesen la próxima década".
Avances y retrocesos
Para Doz Costa, uno de los principales retrocesos de la región es el papel de las Fuerzas Armadas en la contención de protestas y que terminó en violaciones a los derechos humanos.
Además, criticó que en muchos países de la región, ante protestas por descontentos sociales las policías demostraron "no estar a la altura de las circunstancias".
"No tenemos policías democráticas y respetuosas de los derechos humanos y que puedan controlar situaciones de desorden social", advirtió.
Doz Costa dijo que este es un saldo negativo de 2019 en materia de derechos humanos, pero destacó como contracara la fuerza de las movilizaciones sociales.
Las principales demandas estuvieron relacionadas al acceso igualitario a derechos sociales como educación, salud, a un ambiente sano y al acceso igualitario a los recursos.
"Me parece que la gran esperanza que nos deja este año es la movilización social, la coordinación entre los movimientos sociales", dijo.
Entre ellos subrayó "específicamente los movimientos de mujeres que un año más se destacan como la gran esperanza de movilización social y transformación de nuestras sociedades en más justas e igualitarias", concluyó la activista.
El activista criticó que en el último semestre, y en algunos casos en períodos anteriores, las movilizaciones y las protestas sociales fueron repelidas con uso excesivo de la fuerza letal.
"Las pretensiones de declarar estados de excepción permiten y generan condiciones para vulneraciones masivas de derechos humanos", señaló Soberón.
En estas condiciones "se pretende generalizar los hechos de vandalismo para deslegitimar la justa protesta y la demanda de una mayor justicia social", señaló Soberón.