"Todo se está destruyendo, ninguna se va a utilizar, fueron retiradas ya de la circulación, no van a ser armas que puedan regresar a manos de la sociedad o de jóvenes, ya todas fueron destruidas", dijo el titular de la Defensa.
Las armas fueron confiscadas por dependencias de seguridad en todo el país y fueron entregadas al Ejército para su destrucción, dijo el general Sandoval al hacer el anuncio a la prensa, junto con el presidente Andrés Manuel López Obrador.
"Las armas de canje se destruyen en presencia de la persona que las dona, para que tenga la plena seguridad de que lo que entregó ya no se volverá a utilizar", explico el alto jefe castrense.
Los dos estados del país con mayor cantidad de armas confiscadas y destruidas son el central Estado de México y Tamaulipas (noroeste) con 3.705 y 1.619, respectivamente.
Altos funcionarios del Gobierno de México sostendrán esta semana una reunión con el procurador general de EEUU, William Barr, para analizar la cooperación para el control de drogas, armas, y dinero sucio, en el marco de la intención del presidente Donald Trump de designar como "terroristas" a los carteles narcotraficantes.
Las autoridades mexicanas sostiene que anualmente se trafican unas 200.000 armas desde EEUU, donde la compraventa es legal, hacia México, donde es ilegal.
Un 41% del armamento procede de Texas, 19% de California, 15% de Arizona, y 25% del resto del país vecino.
En esa última década fueron interceptadas por autoridades mexicanas 332.689 armas, de las cuales 193.413 fueron confiscadas por autoridades federales, y el resto recolectadas en la mencionada campaña de canje de armas.
En ese lapso más de 12.500 armas han sido reportadas como robadas o extraviadas en instituciones de seguridad federal, estatal o municipal.
La Defensa Nacional estima que más de 1,6 millones de armas aún están en manos de traficantes, civiles o criminales.