Entre las 13.30 horas y las 14.00 (18.30 y 17.00 GMT), la Secretaría de Movilidad de Bogotá daba cuenta de "un aforo de 30.000 personas aproximadamente", mientras que el comandante de la Policía de Colombia, general Óscar Atehortua, aseguró en declaraciones a la prensa que en todo el país la movilización reunió a unas 132.000 personas.
"Estamos a mitad del día y efectivamente las marchas han venido transcurriendo con normalidad, obviamente se han presentado una serie de incidentes que han sido rápidamente controlados por la Policía Nacional", dijo, por su parte, la ministra del Interior, Nancy Patricia Gutiérrez, según declaraciones difundidas por su despacho.
Gutiérrez, quien permanece en el Puesto de Mando Unificado de la Policía, en Bogotá, donde se observa la situación en directo de 51 departamentos de Policía y de 23 unidades operativas de las Fuerzas Militares en todo el país, destacó la labor de los manifestantes para expulsar de las marchas a encapuchados y personas que buscaron generar caos.
En esta tarde el centro de la capital colombiana permanece colapsado por las marchas que se concentran en la Plaza de Bolívar, por lo que el transporte público es, por lo menos, limitado, mientras que decenas de almacenes y pasajes comerciales permanecen con sus puertas cerradas por el nerviosismo que generó la convocatoria del paro, el cual se preveía tendría las mismas dimensiones que lo ocurrido en Chile y en Ecuador en días pasados.
"Pues el día aún no termina y no sabemos cómo va a acabar, pero por ahora hay que decir que los manifestantes se han portado muy bien, muy calmados; en todo caso, nosotros cerramos las puertas y las vitrinas porque el patrón nos lo ordenó", dijo a Sputnik Gilma Benavides, quien atiende un almacén de sombreros a un costado de la Plaza de Bolívar.
En redes sociales circulan videos de manifestantes que se solidarizaron y limpiaron estaciones del sistema de transporte masivo Transmilenio que horas antes fueron pintadas con aerosoles de colores.
Sin embargo, la situación no fue igual en el occidente de Bogotá, donde personas encapuchadas se enfrentaron con agentes del Escuadrón Móvil Antidisturbios (Esmad) de la Policía cuando marchaban rumbo hacia el aeropuerto Eldorado y fueron obligados por los agentes a tomar otra vía diferente.
Según la Secretaría de Seguridad de Bogotá, la ciudad es custodiada en estos momentos por más de 10.000 policías que reciben apoyo de un helicóptero de esa institución, ocho drones y más de 4.600 cámaras de videovigilancia.
Sin embargo, en la mañana, dos agentes de policía vestidos de civil fueron descubiertos en una de las marchas en el occidente de Bogotá y sacados de la misma por los manifestantes, -en su mayoría estudiantes y profesores-, pese a que señalaron haber recibido esa orden para proteger a los marchantes.
"Si nos va a proteger hágalo (vestido) con su uniforme", dijo uno de los manifestantes a uno de los policías infiltrados, según se observa en un video viral en redes sociales.
Pese a los actos de violencia aislados en Bogotá, no ocurre lo mismo en la ciudad de Cali (suroeste), donde fue declarado el toque de queda a partir de las 19.00 horas (00.00 GMT) debido a los desmanes registrados.
Así también, desde las 00.00 hora local (05.00 GMT) del día 20 y hasta las 05.00 horas (10.00 GMT) del viernes, 22 de noviembre, todos los pasos fronterizos terrestres y fluviales de Colombia están cerrados, una medida excepcional para esta movilización y a la que habitualmente se recurre en jornadas de elecciones.
Además, desde el 18 de noviembre, las Fuerzas Militares permanecen en acuartelamiento de primer grado (máxima alerta) por orden del comandante de las FFMM, Luis Fernando Navarro, quien a través de un radiograma instruyó la medida en "por ocasión del paro nacional", mientras que la Policía de Bogotá recibe "acompañamiento" de soldados.