"Es muy importante que se reconozca la actuación de los que trabajamos para defender a las personas durante una situación tan crítica como la dictadura", señaló a Sputnik uno de los abogados premiados, Luciano Fouillioux
El Museo de la Memoria de Chile y los principales partidos políticos de la centro-izquierda organizaron una ceremonia para premiar a 30 abogados que se dedicaron a defender en tribunales a los opositores del régimen de Pinochet a través de la Vicaría de la Solidaridad.
Les otorgaron un reconocimiento llamado "Premio Derechos Humanos Andrés Aylwin", en honor a un abogado que luchó contra la dictadura.
Ese organismo contrataba abogados para defender a las víctimas en tribunales, quienes presentaban recursos de amparo para liberarlos de prisión, además de ejercer muchas otras funciones como ayudar a buscar a los desaparecidos.
También denunció la represión ante organismos internacionales, ayudó con alimentos y recursos a los familiares de las víctimas y buscó trabajo a quienes habían sido desvinculados por su posición política.
Importancia de la iglesia
Fouillioux explicó que, a pesar de la fuerte represión de Pinochet, la Vicaría en la que él trabajó pudo funcionar ya que "la dictadura se mostraba siempre como defensora de los valores cristianos, y por eso no se atrevió a irse contra la Iglesia, que en ese momento defendía los derechos básicos de las personas".
El abogado Ignacio Walker, exsenador del Partido Demócrata Cristiano (centro-izquierda), ayudó en los años 80 a los opositores desde la Vicaría, y en entrevista con Sputnik valoró el rol que ejerció la Iglesia en ese entonces.
"Como dijo el cardenal Silva Henríquez, la iglesia durante la dictadura fue la voz de los que no tuvieron voz, fue un refugio, literal, de tanta gente que se escondió en el edificio de la Vicaría en el centro de Santiago para no ser descubiertos por los agentes, y es muy bonito ver que todo ese trabajo hoy se reconoce", dijo.
A su vez, sostuvo que si bien Chile ha avanzado en torno al tema de los derechos humanos y justicia después de la dictadura, afirmó que "aquí no cabe la autocomplacencia".
En la dictadura de Pinochet, que duró 17 años, cerca de 28.000 personas fueron torturadas, 3.197 fueron asesinadas y unas 200.000 fueron obligadas al exilio, según cifras oficiales.
