"Eso es la guerra del narcotráfico", dijo Mourao este 23 de septiembre al ser consultado por el caso y sin dar más detalles, según recoge el diario local O Globo.
La niña fue asesinada el pasado 20 de septiembre cuando viajaba en una furgoneta en la favela Complexo do Alemao, en Río de Janeiro.
Su muerte está causando conmoción y fuertes críticas contra el gobernador del estado de Río de Janeiro, Wilson Witzel, que tiene la competencia del área de seguridad pública.
Desde el principio de su mandato el pasado mes de enero, el gobernador defendió mano dura contra el narcotráfico y que la policía pueda disparar a matar; ni Witzel ni el presidente Jair Bolsonaro se pronunciaron sobre la muerte de la niña.
Una de las propuestas de cambios en la legislación prevén ampliar los supuestos en que los policías puedan matar sin consecuencias penales, lo que activistas en favor de los Derechos Humanos interpretan como una carta blanca para matar en favelas y periferias.
En lo que va de año, un total de cinco niños murieron en Río de Janeiro como consecuencia de balas perdidas, y el número se eleva a 57 desde 2007, según un recuento de la ONG Río de Paz.