"El problema es que la gente continuamente enciende fuego en áreas deforestadas. Son criminales ambientales y deben ser detenidos por los agentes de la ley. Ahora, el Gobierno federal comenzó a enviar a personal militar para intentar frenar eso. Tenemos que esperar y ver si funcionará", dijo Nobre consultado por Sputnik sobre los incendios actuales.
El 23 de agosto, el presidente brasileño Jair Bolsonaro autorizó el envío de personal militar a los estados amazónicos para ayudar a combatir los incendios y sus causas; el 25 de agosto decretó que 44.000 soldados de las Fuerzas Armadas fueran destinados a zonas del noroeste y norte del país afectadas por el fuego.
La superficie quemada desde el primer día de este año hasta julio inclusive es de 57.827 kilómetros cuadrados, según los últimos datos disponibles del INPE que no incluyen todavía el mes en curso.
De ese total quemado, 54,7% corresponde al Cerrado, un bioma de sabana tropical que se extiende del noreste al centro y al oeste del país, en segundo lugar a la Amazonía (18,2%), y en tercer lugar a la Mata Atlántica (14,1%), la selva de la costa brasileña sobre el Atlántico.
También se han quemado miles de hectáreas de selva amazónica en Bolivia y Perú.
Nobre, investigador del Instituto de Estudios Avanzados de la Universidad de Sao Paulo, dijo que el aumento en el número de incendios se debe a dos causas principales, y ambas son producto de la actividad humana en medio de la temporada seca.
"Primero, el aumento en las tasas de deforestación que son un 20 a 40% más altas en los últimos 12 meses. La mayoría de la deforestación es ilegal [alrededor del 70 a 80%]. Luego, quienes talan los árboles los dejan secar por un par de meses para que el fuego [que se emplea] para limpiar el área para pastoreo o cultivos sea más eficaz", explicó el científico.
Nobre añadió que "después encienden fuegos, algo que es muy común. Pero éstos normalmente se extinguen en cuanto se quema la mayor parte de los árboles caídos", por lo que hay relación entre la cantidad de material quemado con el aumento de la deforestación.
"Es muy preocupante. Si las tasas de deforestación continúan en los valores que estamos viendo hoy para toda la Amazonía, el punto de inflexión para llegar a la sabanización (la conversión de la selva en una vegetación de sabana con una temporada seca más larga) podría alcanzarse dentro de unos 20 a 30 años. Tenemos que frenar la deforestación y restaurar parte de las áreas deforestadas que han sido abandonadas por agricultores y criadores de ganado", afirmó Nobre.
La selva amazónica, que se extiende mayormente en el norte de Brasil, pero también abarca territorios en Perú, Bolivia, Colombia, Venezuela, Ecuador, Guyana, Guyana Francesa y Surinam, ha perdido aproximadamente en las últimas décadas un millón de kilómetros cuadrados debido a la deforestación, dijo el científico.