"Se ha cerrado la frontera por temas de seguridad, personal de la Aduana se ha replegado (...). El conflicto comenzó a primeras horas de la mañana, se percibe agresividad del pueblo, el Ejército está ahí y en este momento existe una tensa calma", dijo Ardaya en conferencia de prensa.
Esos choques dejaron al menos cinco uniformados y tres civiles muertos, según reportes de medios locales.
Ardaya hizo la declaración después de que medios locales divulgaran imágenes de los disturbios en Pisiga, a unos 450 kilómetros al sur de La Paz, de los que no había reportes de víctimas.
La jefa aduanera dijo que contrabandistas que sufrieron la incautación de varios automóviles y mercadería ilegal lograron el apoyo de hasta 50 pobladores de Pisiga para atacar el puesto conjunto de aduaneros y policías entre la noche del miércoles y la mañana de este jueves.
"El paso estará cerrado hasta que exista la seguridad necesaria para operar", agregó Ardaya.
Ese viceministerio fue creado el año pasado por el Gobierno de Evo Morales como parte de un plan agresivo de represión al contrabando, en el que parecen involucrados no solo comerciantes y transportistas sino también habitantes de pueblos próximos a las fronteras.
El contrabando, que abarca desde ropa y artículos domésticos de segunda mano hasta automóviles y productos electrónicos, causaría a Bolivia un daño de hasta millones de dólares anuales, casi el diez por ciento de su Producto Interno Bruto, según un reciente estudio de la Confederación de Empresarios Privados.