"Determino, en esta línea, la notificación al excelentísimo presidente de la República, Jair Messias Bolsonaro, para que, queriendo, responda a la presente interpelación en un plazo de 15 (quince) días", escribió Weber en su decisión, que recoge la petición presentada por la defensa de la exmandataria, según avanzó el portal de noticias G1.
Dijo que "quien hasta hace poco ocupaba el Gobierno tuvo en su historia sus manos manchadas de sangre en la lucha armada, matando incluso a un capitán".
Bolsonaro se refería al capitán estadounidense Charles Chandler, asesinado a tiros en Sao Paulo en 1968, durante la dictadura militar brasileña (1964-1985).
La defensa de Rousseff quiere certificar si Bolsonaro se refería a la expresidenta, si quiso decir que ella mató a Chandler, si tiene algún documento que indique cualquier acusación formal contra la exmandataria y qué le llevó a hacer tales afirmaciones, entre otras cuestiones.
Bolsonaro, en calidad de presidente, no está obligado a responder la interpelación judicial, pero aun así la expresidenta podría acusarle formalmente de un delito contra el honor.
Durante la dictadura, Rousseff participó en la resistencia integrando la guerrilla de izquierdas VAR-Palmares, y fue torturada y presa durante tres años por el régimen militar.
La exmandataria siempre sostuvo que a pesar de que pertenecía al grupo, nunca empuñó un arma, pero a pesar de ello Bolsonaro suele relacionarla con las acciones violentas contra la dictadura, y en otras ocasiones se refirió a ella incluso como "terrorista".