"La no invitación y participación de los representantes de Venezuela, tanto del Gobierno de Nicolás Maduro como de otras fuerzas políticas del país, es una duda que nos deja esta conferencia", dijo Belinski.
El encargado de negocios aseguró que el 25 de este mes presentó al Ministerio de Relaciones Exteriores peruano la posición del Gobierno ruso al respecto.
La Conferencia Internacional para la Democracia en Venezuela es una iniciativa del Gobierno de Perú para realizar rondas de diálogo con países de los cinco continentes y buscar una salida a lo que Lima considera una "ruptura del orden democrático" en el país caribeño.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia emitió un comunicado el 30 de julio en el que indica que "duda que sea correcto un enfoque que prevé discusiones sobre los 'problemas de democracia' en Venezuela sin la participación de los mismos venezolanos, representados por el Gobierno de [Nicolás] Maduro y otras fuerzas políticas".
La duda principal, según Moscú, consiste en que no se entiende cómo los objetivos planteados para la conferencia contribuirán al diálogo interno venezolano, auspiciado por Noruega.
Por su parte, Belinski enfatizó que si bien Rusia considera "razonable" no participar de la conferencia sobre Venezuela, esta negativa no tiene efecto adverso alguno en las relaciones bilaterales con Perú.
"Estoy seguro [que con la negativa rusa de participar] no se afectan las relaciones, las relaciones entre Perú y Rusia tienen unas profundas raíces históricas, cumplieron este año 156 años, sentimos el afecto en el Perú hacia Rusia y sabemos del afecto del pueblo ruso por el Perú", expresó.
Belinski resaltó, además, la "fuerte base de coincidencias políticas" entre ambos países, donde prima el derecho internacional y los principios de la carta de la Organización de las Naciones Unidas.
"Además, las economías de Rusia y Perú son complementarias, el año pasado nuestro intercambio comercial creció 40% y esa dinámica estamos seguros que se va a desarrollar", agregó el funcionario.
A principios de julio, el Gobierno de Perú, que conforma el Grupo de Lima, convocó a una conferencia internacional para tratar la situación venezolana e invitó a cancilleres de 100 países, entre ellos a los que apoyan a la administración de Maduro, como Rusia, China, Cuba, Turquía y Bolivia.
El Grupo de Lima surgió en agosto de 2017 para hacer seguimiento de la situación de Venezuela y contribuir a que ese país retome el rumbo democrático, según indican sus integrantes.
Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Honduras, México, Panamá, Paraguay y Perú fueron los miembros iniciales; se sumaron luego Guyana y Santa Lucía.
La crisis en Venezuela se agravó luego de que Maduro asumió su segundo mandato el 10 de enero pasado, ya que su nueva administración fue rechazada por la oposición.
El 5 de enero pasado, Juan Guaidó fue elegido presidente de la Asamblea Nacional (parlamento) de Venezuela, pero el 21 de ese mes el Tribunal Supremo anuló la designación, y dos días después el diputado opositor se autoproclamó "presidente encargado".
Maduro calificó la autoproclamación del líder opositor Guaidó de un intento de golpe de Estado y responsabilizó a EEUU de haberlo orquestado.
Guaidó fue reconocido de inmediato por EEUU, al que se sumaron unos 50 países.