"La izquierda me está atacando por defender que nuestros hijos sean educados para desarrollar la cultura del trabajo temprano; si estuviese defendiendo la sexualización y el uso de drogas, me estarían idolatrando, esa es la verdad", escribió.
El 4 de julio, el presidente usó su propio ejemplo en un video dirigido a sus seguidores en Facebook para justificar el trabajo infantil: dijo que no fue perjudicado "en nada" por haber recolectado maíz "a los nueve, diez años de edad" en una hacienda de Sao Paulo.
Añadió que el trabajo "dignifica al hombre y a la mujer, no importa la edad", pero matizó que no presentaría ningún proyecto de ley para despenalizar el trabajo infantil por saber que "sería masacrado", dando a entender que a él personalmente sí que le gustaría modificar la ley y permitir que los menores trabajen.
Según datos oficiales en base a 2016, en Brasil hay 1,8 millones de niños de entre cinco y 17 años que están trabajando y no deberían.