El periodista Pedro Paulo Rezende considera que Brasil necesita aumentar el número de buques, aviones, sistemas de vigilancia y control para poder explorar las reservas naturales que pueden encontrarse en los nuevos territorios.
"No obstante, la Armada brasileña hace lo contrario: retira sus buques del servicio. Retiraron recientemente la fragata Niterói y planean retirar una de las dos corbetas de clase Inhaúma. Es decir en el tiempo en el que necesitamos más recursos para poder explorar el Atlántico del Sur, la Armada se comporta cada vez de una manera más reservada", explicó.
Rezende considera que "no hay horizonte" para la expansión del presupuesto de la Marina brasileña, a escala que es necesaria.
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Otro factor que puede influir en la consideración por parte de la ONU de la demanda de Brasil es EEUU.
"EEUU no reconoce la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar. Es un tema de discusión y Washington usualmente protege el derecho a la libertad de navegación garantizada", explicó.
La consideración de la demanda de Brasil de ampliar el mar territorial continúa durante 30 años y esta lentitud está relacionada con las mediciones técnicas del territorio en el que se ubica el Brasil continental y las de las aguas circundantes que el país puede utilizar legalmente.
Hoy en día el territorio marítimo de Brasil incluye el mar territorial de 12 millas (22 kilómetros) y la zona económica exclusiva de 200 millas (370 kilómetros). Mientras tanto su fondo y subsuelo se limitan a 200 millas, la distancia que Brasil quiere ampliar.
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La Armada de Brasil realiza trabajos de búsqueda y exploración en el Atlántico desde el 2004. Los militares brasileños ya descubrieron la posibilidad potencial de extraer cobalto, platino, fosfatos, manganeso, níquel y tierras raras en la meseta Río Grande. El éxito de la exploración geológica en esta área significaría la entrada del país en el grupo limitado de proveedores de tierras raras que se venden hoy en día en todo el mundo por un valor equiparable al del oro.
