"No es correcto que se me ataque para hacer un show político", dijo Meléndez, conocido como "comandante Jonás" cuando revistaba como guerrillero del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) y ahora secretario general del Partido Social Demócrata (PSD), quien cuestionó que el mandatario lo acusara de "magnicidio" al anunciar su destitución.
Bukele, juramentado el pasado 1 de junio como presidente de El Salvador para el período 2019-2024, ordenó dos días después al ministro de Gobernación, Mario Durán, la destitución del director de Protección Civil y el nombramiento de "alguien con credenciales para ejercer ese puesto".
El exfuncionario consideró innecesaria la orden de destitución, pues horas antes había acordado con Durán que presentaría su renuncia.
Los herederos de Dalton responsabilizan a Meléndez, Edgar Alejandro Rivas, Joaquín Villalobos y Humberto Portillo, del grupo insurgente Ejército Revolucionario del Pueblo (uno de los grupos que se unificaron más tarde en el FMLN), del asesinato del más famoso poeta salvadoreño en el marco de un debate político interno.
Además: Hijo del poeta salvadoreño Roque Dalton afirma que el asesinato de su padre sigue impune
En 2009, tras una alianza del entonces gobernante FMLN con el PSD, la familia Dalton interpuso una demanda ante la Fiscalía General contra los presuntos implicados en el crimen.
"Nosotros apelamos, porque aquello no fue un juicio, fue una patraña de la Fiscalía y el tribunal para que el crimen quedara impune, un proceso amañado que no tuvo en cuenta las pruebas presentadas ni se hizo investigación fiscal", aseguró a Sputnik el hijo del poeta, Juan José Dalton.
En julio de 2018, la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia admitió una demanda de amparo presentada por la familia Dalton contra la mencionada sentencia, y actualmente recaba información y evidencia para ordenar la reapertura del juicio.
Una comisión de la verdad establecida por las Naciones Unidas estimó que la guerra (1980-1992) contra varios grupos insurgentes, luego unificados en el FMLN, dejó 75.000 muertos, la mayoría civiles.