"Ante el deterioro social y económico que se agrava día a día y la ausencia de políticas que atiendan la situación crítica que sufren todos/as los argentinos/as, el miércoles 29 de mayo paramos", confirmó en las redes sociales uno de los dos secretarios generales que tiene la CGT, Héctor Daer.
La protesta se hará sentir en todo el país ante la decisión de la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte de acatar la medida.
Por ello no circularán trenes, ni autobuses, ni funcionará el subterráneo de la ciudad de Buenos Aires, lo que desalentará la movilidad de gran parte de la población.
Los sindicatos aeronáuticos también se adhieren al paro general, así que la empresa estatal Aerolíneas Argentinas y la filial argentina de Latam cancelaron todos sus vuelos y recolocaron a los pasajeros afectados en otros servicios.
Para el 29 de mayo tampoco habrá recolección de residuos ni distribución o recolección de caudales, al sumarse a la huelga el sindicato de camioneros, uno de los más influyentes en el país.
No habrá tampoco atención en las administraciones públicas, ni actividad bancaria ni judicial.
Los hospitales públicos tendrán servicios de guardia, mientras que la atención en comercios se verá muy menguada ante la decisión del mayor sindicato del país en cuanto a número de afiliados, el de comercio, de sumarse a la huelga.
Tampoco habrá clases en las escuelas públicas de primaria y secundaria, ni en la mayor parte de los colegios privados, pues sin transporte los profesores no pueden llegar hasta los establecimientos.
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La CGT, que mantiene una relación fluida con el Gobierno, se mostraba reticente a convocar huelgas generales, la última de las cuales se celebró el pasado 25 de septiembre.
Argentina atraviesa una crisis desde mayo del año pasado a raíz de la depreciación de su moneda.
El Gobierno de Macri acudió entonces al Fondo Monetario Internacional para obtener un crédito de 56.300 millones de dólares, el mayor que ha concedido el organismo en toda su historia.
En contrapartida, Argentina debe realizar un ajuste en la política económica, monetaria y fiscal que este año llevará a equilibrar el déficit fiscal primario (que no cuenta los intereses de deuda).
Entre tanto, la inflación araña el 56% y la actividad económica ha caído de manera ininterrumpida durante los últimos 11 meses debido al desplome del consumo, lo que ha afectado todos los sectores, principalmente la industria y el comercio.
En octubre de este año se celebran elecciones presidenciales en las que Macri aspira a revalidar su mandato.
