En un comunicado conjunto, la Cancillería y el Ministerio de la Mujer, la Familia y los Derechos Humanos, afirmaron que el Gobierno brasileño "buscará el diálogo con Amnistía Internacional y demás entidades de Derechos Humanos para demostrar que ninguna de las afirmaciones de la nota coincide con su actual política".
"No se encontró ninguna evidencia de que las acusaciones se hayan fundamentado en datos o en eventos concretos", dice la nota del Gobierno brasileño.
No obstante, Amnistía Internacional cita medidas concretas, como los decretos que flexibilizan la tenencia y el porte de armas de fuego, la propuesta para modificar los supuestos en que un policía puede disparar a matar o el vaciado de competencias de la Fundación Nacional del Indio (FUNAI), el órgano gubernamental que debería encargarse de la política pública dedicada a los indígenas, entre otras.