"Franklin nos representa a todos los que nos oponemos a un Gobierno que nos discrimina, exigimos su libertad porque su detención es política", dijo el nuevo líder de ese sector, Sergio Pampa, en la plaza San Francisco de La Paz, donde concluyó la marcha con un acto masivo de masticado de coca.
El acusado, que antes de ese hecho había anunciado su decisión de postular a la Presidencia del estado, negó reiteradamente los cargos y solicitó en vano varias veces su libertad arguyendo falta de pruebas en su contra.
Sin embargo, permanece detenido todavía sin juicio, como ocurre con una gran mayoría de los presos bolivianos.
Pampa dijo que los cocaleros de Yungas, históricos rivales de los productores de coca de Chapare (centro), que lidera el presidente Evo Morales, denunció un trato discriminatorio porque el Gobierno "obedece a los chapareños, pero trata a los yungueños como si fueran de segunda categoría".
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La protesta de los cocaleros yungueños, quienes obsequiaban hojas de coca a los vecinos que los observaban, provocó un gran atasco de tráfico en el centro de La Paz.
El Gobierno no hizo comentarios inmediatos sobre la movilización.
Morales, quien ha visitado Yungas varias veces desde principios de año como parte de sus giras por el país, dijo la semana pasada, en una presentación en una conferencia de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en Viena, que la política antidrogas boliviana es un éxito desde la expulsión de la agencia Administración para el Control de Drogas de EEUU.
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Bolivia es el tercer productor mundial de coca y cocaína, después de Colombia y Perú, según la ONU.