"Hoy fue cerrado completamente; hay una decisión (de la Fiscalía), y el ayuntamiento cumplió", aseguró el alcalde de la ciudad, Marcelo Crivella, que confió en que el club regularice pronto los permisos para que las instalaciones puedan volver a funcionar.
El centro de entrenamiento, situado al oeste de la ciudad y conocido como "Ninho do Urubu" (el nido del buitre) no tenía permiso para funcionar ni del ayuntamiento ni de los bomberos.
Para que esta vez el cierre sea efectivo el ayuntamiento precintó la zona, y agentes de la Guardia Municipal custodian el recinto.
Además, se cobrará una multa de 802 reales diarios (214 dólares) en caso de que el club reabra el espacio; en ese caso el ayuntamiento también notificaría a la Fiscalía por desobediencia.
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El incendio en las instalaciones del Flamengo se inició en el dormitorio de los jóvenes jugadores, presuntamente por un cortocircuito en unos aparatos de aire acondicionado.
Diez jugadores, de entre 14 y 16 años, perdieron la vida, y otros tres resultaron heridos graves por las quemaduras.