La niña vivía en la aldea Kamayurá, en el centro de la reserva indígena de los Xingu, en el estado brasileño de Mato Grosso (centro-oeste del país).
Siempre según la revista Época, Alves nunca formalizó la adopción, y la familia biológica de la niña no sabía que nunca volvería con ellos.
La ministra, quien también es pastora evangélica, aseguró en declaraciones al reportaje de la citada revista que los derechos de Lulu Kamayurá fueron "observados" y que "ninguna ley fue violada".
"La familia biológica la visita regularmente; tíos, primos y hermanos que salieron con ella de la aldea residen en Brasilia, todos mantienen una excelente relación afectiva", aseguró la ministra, que no aclaró por qué no regularizó la adopción.
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Alves, es una de las ministras más controvertidas del Gobierno de Jair Bolsonaro; recientemente se vio envuelta en otra polémica cuando dijo que Brasil empezaba una nueva era y que los niños deben vestir de azul y las niñas de rosa.
