En ese periodo de siete semanas, la moneda de la segunda economía latinoamericana "acumula una apreciación de 6,24% o 1,27 pesos", indica un informe del Grupo Financiero Banco Base, al cual tuvo acceso Sputnik.
Hacia el cierre de la semana, el tipo de cambio logró por un momento un mínimo para todo año, cotizando a 19,0599 pesos por cada dólar.
Esas coberturas son una especie de seguro, que este año costará unos 1.150 dólares, contratados por bancos estadounidenses en los mercados financieros de Nueva York.
Los bancos garantizan que ese precio para cada barril de crudo está asegurado para las exportaciones petroleras mexicanas que alimentan el gasto público, en caso de que ocurran caídas inesperadas abajo del rango negociado en los mercados a futuro.
Factores externos e internos
Otro factor a favor del peso fue "una menor aversión al riesgo y un escenario de optimismo generalizado en los mercados financieros internacionales, lo que facilitó ganancias generalizadas para los mercados de capitales", indican los analistas.
Casi todas las divisas ganaron terreno frente al dólar, aunque el peso mexicano logró colocarse como "la divisa más apreciada en la canasta de principales cruces", indica el balance.
Lo anterior se debe a la debilidad del dólar estadounidense, cuyo índice ponderado de esa canasta de divisas perdió en la semana 0,63%, mientras que en las últimas cuatro semanas acumula un retroceso de 2,36%.
También influyó la expectativa de que la Reserva Federal de EEUU (banco central) frenará temporalmente el ritmo de incrementos a la tasa de interés, a la par de una postura más restrictiva de Banco de México que ha elevado la tasa a un máximo histórico (8,25%).
Finalmente, la economía mexicana se beneficia del incremento en el precio del petróleo, en una semana en la que el crudo de referencia West Texas Intermediate registró un incremento semanal de 7,69%, para cerrar en 51,67 dólares por barril.
El incremento de los precios se debe a "la expectativa de que la Organización de Países Exportadores de Petróleo y sus principales socios limitarán la oferta petrolera", puntualiza el banco privado.
La economía mexicana también se ha beneficiado de que funcionarios encabezados por el titular de Hacienda, Carlos Urzúa, viajaron esta semana a Nueva York a tranquilizar a los mercados financieros, en el arranque del mandato del primer presidente surgido de las filas de la izquierda nacionalista.
Urzúa aseguró a los inversionistas que el nuevo Gobierno "está siendo fiscalmente responsable, promocionando un superávit del presupuesto primario prometido en 2019, excluyendo pagos de deuda de alrededor del 1% del PIB", según reportes de la prensa financiera de Wall Street.
Altos funcionarios mexicanos se reunieron con fondos de pensión y cobertura para explicarles los proyectos del nuevo Gobierno.
El objetivo fue aumentar la confianza de los inversores en el país, luego de la extendida incertidumbre que causó la cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de México, para lo cual el Gobierno debe ahora responder por 6.000 millones de dólares en bonos del Estado, emitidos para esa obra público-privada que costaría unos 15.000 millones de dólares en total.