"Estamos pensando que va a haber una feria en el aeropuerto [militar] de Santa Lucía para exhibir estos aviones y convocar a los compradores del mundo para que los adquieran", dijo el mandatario en su conferencia de prensa cotidiana.
Los ministerios de Hacienda, Defensa, Marina y Comunicaciones y Transportes trabajan en los preparativos de la venta de decenas de aviones y helicópteros comprados por las administraciones anteriores para viajes de funcionarios.
El presidente prometió en su campaña que no viajaría en esa aeronave, ahora se traslada por tierra y en vuelos de líneas aéreas privadas, lo que ha generado escenas de entusiasmo, pero también inconvenientes a los pasajeros por las medias de seguridad aplicadas.
El nuevo presidente, que comenzó su mandato en diciembre pasado, asegura que venderá completamente la flota para destinar los recursos a programas sociales.
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El avión presidencial Boeing 787-8 tipo Dreamliner con capacidad para 80 personas valdría en 2019 unos 82 millones de dólares, 138 millones de dólares menos que su precio de compra, que rondó los 220 millones de dólares, pero un comprador privado podría pagar hasta 137 millones de dólares, bajando las pérdidas a 70 millones de dólares.