Según cita el diario local Correo, las autoridades de la Cancillería lo hallaron "responsable de conducta indecorosa por abuso de autoridad y hostigamiento laboral que dañó gravemente la imagen del servicio diplomático".
Estos abusos, que incluían fuertes agresiones verbales así como disponer de los sueldos de los trabajadores, fueron registrados en video por el cocinero de la embajada.
Al registro audiovisual de los maltratos se sumaron los testimonios de los demás trabajadores, en especial de la encargada de las labores domésticas, la más afectada por los tratos de Quesada.
Luego de hecha pública la denuncia en medios peruanos, la Cancillería ordenó la destitución del diplomático de su cargo mientras se desarrollaban las investigaciones que concluyeron en una medida permanente.