Según un comunicado de la empresa municipal de turismo, Riotur, se esperan "más de dos millones de personas", de los cuales aproximadamente 700.000 serán turistas.
El núcleo de la fiesta son los fuegos artificiales, que se lanzarán desde una decena de plataformas flotantes en el mar frente a la playa de Copacabana: serán 19,6 toneladas de pólvora, e iluminarán el cielo de Río durante 14 minutos.
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En la playa también habrá conciertos gratuitos de Gilberto Gil, Ludmilla y otros artistas locales y escuelas de samba, y como principal novedad de este año se proyectarán imágenes en el Cristo Redentor que con el uso de la tecnología darán a la estatua una impresión de movimiento.
El sector tiene mejores expectativas que el año pasado; según la Asociación Brasileña de la Industria Hotelera en Río de Janeiro en la primera quincena de diciembre la tasa media de ocupación hotelera fue del 85%, cuando el año pasado era del 51%, por lo que se espera que en la recta final del año las cifras sean aún mejores.
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Según datos del Ministerio de Cultura del Gobierno de Brasil, la fiesta de fin de año de 2017 generó un impacto de 1.900 millones de reales (casi 490 millones de dólares) en la economía de la ciudad y ayudó a generar 49.000 puestos de trabajo.