"Él se sentía perseguido, llegó a presentar denuncias en la policía y, según consta, en función de ese perfil, podría venir de una depresión, hizo una consulta en el CAPS, un centro de apoyo psicosocial, para tratar eso", aseguró el comisario José Henrique Ventura, publica el diario local Globo.
La policía afirma que sus familiares sabían que el hombre, de 49 años, tenía tendencia depresiva y temían que se suicidara, pero no tenían conocimiento de que pudiera manejar armas.
En ningún momento se barajó la posibilidad de un ataque terrorista.
En un primer momento, el tirador mató a cuatro personas en la catedral, pero el miércoles falleció en el hospital uno de los heridos, de 84 años, según informó el Ayuntamiento de Campinas, por lo que el número total de víctimas asciende a seis.
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