Mientras el Gobierno del presidente Donald Trump centra su atención en las caravanas de migrantes que intentan cruzar la frontera por California, los migrantes han elegido como principal destino Texas, donde, según los agentes fronterizos, detienen a 680 personas al día, lo que a la semana implica un saldo de 4.760 personas.
En segundo lugar le sigue el cruce desde Tijuana, con 100 detenciones por día en el lado estadounidense, lo que equivale a 700 personas por semana; y por último, desde Sonora hacia Arizona con 124 detenciones ocurridas el 5 de diciembre.
Los migrantes cruzan la frontera arriesgándose en algunos casos a lesionarse tras escalar una cerca metálica de más de 3 metros, como una niña que resultó herida al caer de una valla en Arizona el 5 de diciembre.
Según Azteca América, la llegada de migrantes en grandes números ha modificado el trabajo de los agentes, lo que llevó a que las incautaciones de drogas hayan caído ligeramente.
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Al llegar al punto final de su destino, muchos inmigrantes están desesperados y no saben qué hacer, por lo que algunos decidan cruzar la frontera clandestinamente.
Según Al Día News, lo que alguna vez se percibió como una caravana organizada, ahora es un "campeonato de familias desesperadas".
Muchos inmigrantes esperaban "que Trump se viera conmovido por su difícil situación" y cediera ante sus solicitudes de asilo, explicó The New York Times.
Desde octubre, miles de centroamericanos, en su mayoría de Honduras, han viajado hacia el norte a través de México en una caravana para poder llegar a EEUU con el objetivo de solicitar asilo y así conseguir mejores condiciones de vida.
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