Bolsonaro recordó que el límite de Brasil con Venezuela, en el estado de Roraima (norte), es una frontera seca y muy extensa por lo que "cerrarla no sería la mejor medida, tenemos que buscar la manera, quizá junto a la ONU de allí, campos de refugiados, para buscar solución al caso", afirmó en declaraciones recogidas por el portal G1.
Bolsonaro especificó, no obstante, que "Roraima no soporta la cantidad de venezolanos que entraron".
Añadió que el Gobierno "no puede dar la espalda a Venezuela" ni dejar en manos del Ejército la misión de gestionar el problema migratorio.
El Gobierno de Michel Temer impulsó un proyecto de interiorización para descongestionar el estado de Roraima y trasladar a los inmigrantes venezolanos que así lo deseen a otras regiones del país.
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Son trasladados en aviones de la Fuerza Aérea Brasileña y hasta el momento participaron del proyecto 2.800 inmigrantes, según datos oficiales.