Dueño de la petrolera Pampa Energía y de la constructora Iecsa, Mindlin presentó en su defensa un escrito ante el juez instructor de la causa, Claudio Bonadío, en el que negó las acusaciones sobre una supuesta asociación ilícita, motivo por el que está procesada la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner (2007-2015), actual senadora.
La oficina de Mindlin aparece en los cuadernos de Oscar Centeno, un chófer que dejó constancia de los viajes que hacía para Baratta y en los que supuestamente hubo intercambio de valijas y bolsos con dinero entre altos empresarios argentinos y funcionarios de las administraciones de Néstor Kirchner (2003-2007) y de Fernández.
El empresario negó que hubieran pasado por su oficina para pedir una coima, por lo que "hubo al menos una equivocación de Centeno".
Durante la gestión anterior, las empresas del sector eléctrico atravesaban un mal momento económico, y además no estaban subsidiadas, por lo que no había sobornos que reclamar, según alegó Mindlin ante el juez.
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En 2017 el empresario compró Iecsa, empresa de la familia Macri, a Angelo Calcaterra, primo del presidente y procesado en la causa.
Una veintena de empresarios declararon hasta ahora como arrepentidos en el marco de esta causa y reconocieron que pagaban sobornos para conseguir contratos de obra pública durante las tres administraciones de los Kirchner.
Bonadío los procesó por los delitos de asociación ilícita, dádivas y cohecho en base a las anotaciones que hizo Centeno.