"La estrategia consistirá en invertir la lógica de la comunicación en la relación del Gobierno y el presidente con los ciudadanos y la prensa, que ha sido una relación vertical y de imposición", dijo Ramírez Cuevas, responsable de la oficina de prensa y vocería del gabinete de López Obrador, entre otras funciones.
El próximo Gobierno recortará a la mitad los gastos de comunicación, que el presidente saliente de Enrique Peña Nieto basó "en el dispendio injustificado en gastos de publicidad, sin lograr apoyo social ni prestigio", pues solo tiene 20% de aprobación, dijo Ramírez Cuevas.
Según diversos cálculos, en los primeros cinco años de su sexenio, Peña Nieto gastó en publicidad e imagen entre 2.000 y 3.000 millones de dólares (hasta casi 60.000 millones de pesos).
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La oficina que despachará en el histórico Palacio Nacional y no en la residencia oficial de Los Pinos, como hasta ahora, "pondrá fin a la discrecionalidad de premiar o castigar a los medios y periodistas, para crear un espacio público de libertad y reducir a la mitad el gasto de la presidencia", adelantó.
El gasto aprobado por el Congreso para la publicidad de Peña Nieto en el año 2017 fue de más de 180 millones de dólares y casi lo triplicó a unos 525 millones de dólares de gasto ejercido (casi 10.000 millones de pesos), reveló el próximo portavoz presidencial.
Surgmiento del fenómeno AMLO
Los trabajos de Ramírez Cuevas, con reportajes y libros sobre movimientos sociales, son un mosaico de las luchas sociales del México contemporáneo: abarca coberturas de movimiento de pueblos originarios contra proyectos hidroeléctricos y mineros; los derechos de los pueblos indígenas; la defensa de los derechos de las mujeres y los de la diversidad sexual.
En su carrera como periodista y productor audiovisual retrató a "una generación que aprendió mucho al cubrir a los pueblos indígenas del alzamiento zapatista", que comenzó en 1994 en las montañas del sureño estado de Chiapas.
"El conflicto zapatista se destacó por su expresión mediática, en el manejo de la comunicación con nuevas tecnologías tenía un tercer ejército, que éramos todos los periodistas entre quienes ganó un espacio, un fenómeno político e informativo que cubrí para el diario La Jornada y las agencias internacionales Reuters y AP", recordó el comunicador.
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El encapuchado de la máscara negra que fumaba una pipa, "el Subcomandante Marcos, tuvo la peculiar capacidad de comunicar la rebelión indígena en términos de modernidad, con un lenguaje fresco que cambió el discurso burocrático e ideologizado de la vieja izquierda", señaló
Ramírez Cuevas también experimentó la primera oleada de internet "que transformó el periodismo y la manera de trabajar la información, que puso fin al acceso limitado a fuentes a través de la red", y permitió un acercamiento diferente a los movimientos sociales.
La presencia de periodistas y sociedad civil impidió que la violencia se expandiera en forma más feroz, sostuvo.
"Esa generación ha madurado a partir de la crisis de seguridad y la violencia, ante la cual se desarrollaron nuevas narrativas y abordajes", prosiguió Ramírez Cuevas al explicar su recorrido junto a la insurgencia social que explica el triunfo electoral de López Obrador.
El periodista explicó que "toda esa energía social me acercó a su Gobierno de la Ciudad de México (2000-2006), a su lucha contra el desafuero que le cerraba la puerta a la candidatura presidencial, que desató una protesta social muy plural, una convergencia de generaciones rebeldes de todos los tiempos", describió.
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El triunfo de López Obrador sorprendió a todos por la forma arrolladora en que ocurrió.
"Nadie esperaba la contundencia del resultado a favor de un cambio hacia la izquierda, contra el statu quo y los partidos tradicionales; fue una rebelión ciudadana que nunca había ocurrido", puntualizó.
Ramírez Cuéllar es autor de los documentales "De la autocrítica a la utopía", "Contra el silencio todas las voces" y "La guerra contra los pueblos zapatistas".
López Obrador asumirá la presidencia el 1 de julio.
