"El Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) registró una variación de 4,81% a tasa anual en julio", informó el organismo estatal en un comunicado.
En julio de 2018, el INPC presentó un aumento de 0,54% mensual, mientras que en el mismo mes de 2017 los datos fueron de 0,38% mensual.
El "índice de precios subyacente", que elimina la volatilidad de precios de los productos relacionados con las temporadas del año, registró un alza mensual de 0,29% y una tasa anual de 3,63%.
El "índice subyacente" solo incluye bienes y servicios de consumo, sin considerar los precios de agropecuarios y las tarifas de los productos energéticos y el transporte, y es el indicador que observa el banco central de México para tomar sus decisiones de política monetaria que afectan a las tasas de interés.
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La meta de las actuales autoridades financieras es hacer converger el INPC con la meta de 3,0% (+/- 1,0%) el año próximo 2019.
La inflación "no subyacente" incluye los precios de productos y servicios que varían por factores externos al proceso productivo y comercial, tales como el clima o los precios de las mercancías en los mercados internacionales.
Entre los precios del indicador "subyacente", los precios de las mercancías subieron 0,22%, y los precios de los servicios aumentaron 0,34%, a tasa mensual.
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En cuanto al índice de precios "no subyacente", los productos agropecuarios subieron 1,91%.
"El referente a los precios de los energéticos y tarifas autorizadas por el gobierno aumentó 0,89%, en su comparación mensual", precisa el reporte oficial en ese subíndice.
Para frenar la depreciación del peso mexicano frente al dólar y que se traslade a los precios y disparen la inflación, el banco central aumentó la tasa de interés a 7,50%, que es la tercera más alta de América Latina después de Argentina (27,25%) y Uruguay (9,25%).
Esa tasa de interés mexicana de referencia es superior a la de Brasil (6,75%), Colombia (4,75%), Chile (2,50%), y EEUU (1,50%).
