"Se está pidiendo que el trabajador vaya a su centro de servicio pero que no haga nada, es decir, brazos caídos, operación morrocoy [lentitud]", indicó el representante del Sindicato de Trabajadores Electricistas.
Al principio el llamado era a que los trabajadores directamente no acudieran a sus puestos, pero González explicó que para evitar despidos decidieron asistir.
"Decimos hacerlo de esta forma porque la ley de trabajo venezolana contempla que tres faltas injustificadas consecutivas es causal de despido y estamos evitando caer en eso", añadió.
Los trabajadores se quejan de que "no hay herramientas, no hay equipos de seguridad, no hay repuestos para atender las emergencias".
"No es un sabotaje, se decidió que vamos a ir un paro indefinido porque la empresa no quiere entrar en razón, nos ofreció un paquete de 18 millones de bolívares [equivalentes a 7,2 dólares de acuerdo a la tasa oficial de remesas, igual a 2.500.000 bolívares por dólar); pero luego lo bajó a 12 millones (4,8 dólares]", indicó.
De igual manera, dijo que el salario promedio de un trabajador es de 7.000.000 de bolívares mensuales, equivalentes a 2,8 dólares de acuerdo a la tasa oficial de remesas.
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Sin embargo, calculado a la tasa paralela, por la cual los comerciantes se rigen para la fijación de precios de sus productos (3.500.000 bolívares por dólar), el salario de un trabajador eléctrico equivaldría a 2 dólares.
El 10 de julio, el Consejo de Ministros venezolano se reunió en el Palacio de Miraflores (sede de Gobierno) para evaluar las posibles soluciones a las problemáticas que enfrentan los ciudadanos de ese país, ante las continuas fallas de los servicios públicos.
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Mientras, el presidente Nicolás Maduro incorporó a su plan de Gobierno la séptima línea estratégica para la infraestructura y los servicios públicos.