La cancillería "reiteró que se trata de un hecho aislado, por lo que espera que no afecte la vida de los connacionales residentes en ese país, que suman alrededor de 10.000, de ellos se estima que la comunidad otavaleña sobrepasa las 1.000 personas", señala un comunicado difundido por el Ministerio de Relaciones Exteriores.
Además, mostraron su consternación por la "integridad de los detenidos en la cárcel, que pasa por la vulnerabilidad a la identidad cultural y la posibilidad de que puedan cumplir su sentencia en Ecuador".
Esto luego de que se difundiera en redes sociales un episodio de tortura al que fueron sometidos en prisión dos de los cuatro detenidos, a quienes les aplicaron electroshock y obligaron a pedir perdón a la familia de Margarita Ancacoy, quien laboraba en la Universidad de Chile como auxiliar de limpieza.
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Las autoridades chilenas identificaron a los responsables del maltrato, los sancionaron y trasladaron inmediatamente a los ecuatorianos a otro recinto.
Según las pesquisas, Ancaoy se desplazaba a su trabajo cuando fue interceptada por cinco individuos que la golpearon con maderos para quitarle sus pertenencias; uno de ellos continúa prófugo.
