"Esas plataformas vinieron a sofocar el parque automotor y aparte de eso la clientela ha bajado en un 80 por ciento; ser taxista ahora no es un negocio", dijo a diario El Comercio el representante de la Unión Nacional del Taxi Ejecutivo Comercial, Antonio Pereira.
Pereira explicó que lo que persiguen "no es que saquen" de circulación a los conductores que trabajan con estas aplicaciones, "pero sí que les regularicen como a nosotros", pues los taxistas formales "pagamos aranceles, impuestos, tenemos que matricular cada años los vehículos, no como particulares, sino como públicos y tenemos una infinidad de gastos que cumplir".
Sin embargo, gran parte de la ciudadanía apoya el trabajo de los conductores de Uber y Cabify, especialmente por el uso adecuado de las tarifas, mejor trato y servicio.
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Tras la protesta, los conductores fueron escuchados por las autoridades municipales, quienes les ratificaron que estas plataformas digitales no tienen permiso de operación en la ciudad y que por ello continuarán con los operativos para sancionar a quienes se dediquen a esta actividad de forma ilegal.
Según datos del Municipio de Quito, el año pasado se detuvieron a casi 4.000 vehículos que operaban a través de las aplicaciones y en lo que va del año se registran 1.069 detenciones.
En Quito existen alrededor de 16.000 taxis formales y 10.000 más en proceso de regularización.
La protesta en la capital de Ecuador se produce a pocos días de que una similar ocurriera en Bogotá; escenas que también se han repetido en países como Uruguay, Brasil, España y Francia.