El proyecto fue presentado y enviado al Congreso durante el segundo mandato del Gobierno de la expresidenta Michelle Bachelet (2006-2010 y 2014-2018) y su objetivo es reconocer a las personas trans y facilitar el proceso de cambio de identidad legal, haciendo más expedito la modificación de sus documentos legales.
Los sectores más conservadores del oficialismo se han manifestado en contra de que el proyecto permita a los adolescentes de entre 14 y 17 años cambiar su identidad de género.
La senadora y presidenta del partido oficialista Unión Demócrata Independiente (UDI), Jacqueline Van Rysselberghe, dijo el lunes al diario La Tercera que no se debe permitir el cambio a aquella edad porque "la disforia de género se resuelve espontáneamente luego de la adolescencia".
"Los niños tienen autonomía progresiva que se transforma plenamente en la adultez y esta autonomía no puede ser delegada a la decisión de un tercero", señaló la senadora.
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Este es el primer asunto que ha dividido públicamente a la coalición oficialista Chile Vamos, diferencias que se acrecentaron más el mismo lunes cuando la senadora Van Rysselberghe advirtió que incluso está dispuesta a recurrir al Tribunal Constitucional para impugnar el proyecto si llega a aprobarse en el Congreso con los menores de edad dentro de la norma.
En los partidos de oposición sí hay acuerdo en permitir que los adolescentes puedan integrarse a la ley de identidad de género.
El proyecto está en su cuarto trámite legislativo a la espera de ser votado en la Comisión Mixta del Congreso, integrada por un grupo de senadores y diputados que votan para hacer avanzar el proyecto.